Finalmente la pala golpea algo metálico y la multitud responde con un aplauso breve y descoordinado. Tres operarios extraen la cápsula del tiempo, que depositan a los pies del presidente. En el ovoide oxidado hay grabada una fecha: 2016. Se abre ceremoniosamente el artefacto, que contiene solo un objeto: una urna de metacrilato, empleada en las últimas elecciones de la Era Democrática.
El presidente vitalicio se dirige a las cámaras para explicar cuántas elecciones fallidas hubo aquel año aciago e ironiza sobre fragilidad del sistema, introduciendo un dedo por el agujero de bala.
Justo después suena el toque de queda.