El candidato sabe que la medida de un hombre se define por los sacrificios que está dispuesto a hacer por los suyos. Por eso aceptó invertir su fortuna y arruinar su reputación: para aniquilar al enemigo desde dentro.
Y ahora va a inmolarse ante estos locos, para mostrarles que este camino de odio solo conduce al desastre.
Silencia a la multitud levantando los brazos y remata su discurso:
– Os lo prometo. Nuestras bombas nucleares caerán sobre esos terroristas. ¡Habrá un Hiroshima para todo el Islam!
Solo entonces Trump entiende la magnitud de su error.
Porque ellos simplemente aplauden más fuerte.
Y ahora va a inmolarse ante estos locos, para mostrarles que este camino de odio solo conduce al desastre.
Silencia a la multitud levantando los brazos y remata su discurso:
– Os lo prometo. Nuestras bombas nucleares caerán sobre esos terroristas. ¡Habrá un Hiroshima para todo el Islam!
Solo entonces Trump entiende la magnitud de su error.
Porque ellos simplemente aplauden más fuerte.