– Señor, su mujer por la línea dos.
– ¿Mi mujer?
– Sí. ¿Le paso la llamada?
– ¿Ha dicho que es mi mujer?
– Sí.
– Es un error. Yo no estoy casado.
– Ha preguntado específicamente por usted.
– Pero no puede ser.
– Precisamente su mujer me advirtió que usted negaría estar casado.
– ¿Eso ha dicho?
– Sí, señor. Y también que usted no es quién dice ser. Que lleva seis meses simulando ser el nuevo jefe de cuentas. Que si quiero, le pregunte dónde está el auténtico, pero que con toda seguridad usted preferiría recordar su matrimonio a que yo siguiera hablando.
– Páseme a mi mujer.
– ¿Mi mujer?
– Sí. ¿Le paso la llamada?
– ¿Ha dicho que es mi mujer?
– Sí.
– Es un error. Yo no estoy casado.
– Ha preguntado específicamente por usted.
– Pero no puede ser.
– Precisamente su mujer me advirtió que usted negaría estar casado.
– ¿Eso ha dicho?
– Sí, señor. Y también que usted no es quién dice ser. Que lleva seis meses simulando ser el nuevo jefe de cuentas. Que si quiero, le pregunte dónde está el auténtico, pero que con toda seguridad usted preferiría recordar su matrimonio a que yo siguiera hablando.
– Páseme a mi mujer.
Muy bueno este microcuento y además me deja impresionado dejar todos los cuentos en 100 palabras.
¿Los escribes todos tú?
Te invito a que eches un ojo a mi blog, también centrado en microcuentos:
http://sonysato.com/promesa-de-ano-nuevo/
¡Gracias Sony Sato! Se me había pasado este comentario. Le hecho un vistazo a tu blog.
Y sí, todos son mío.
Salud