A ver, no habléis todos al mismo tiempo. Recapitulando, estamos de acuerdo en meter la tradición nueva en el pueblo, como si fuera de siempre. Algo bonito, con su parte religiosa. Podemos sacar al santo y llevarlo al puente en procesión, con la banda de música detrás, muy festivo, con guirnaldas. Y que corra el vino.
Colgamos una cuerda del campanario al ayuntamiento, por encima del río y que los mozos y los turistas vayan pasando por ella a pulso.
Y al llegar a la altura del santo, que digan “salve” o algo así. Y todo el pueblo que aplauda.
En mi barrio en nochebuena es tradición sacar a pasear al Olentzero (el Santa Claus vascón), le cantamos villancicos (hasta aquí como en todas partes) y después le prendemos fuego. Para que nos traiga bonitos regalos y eso. Ah, y al muñeco le metemos petardos por la ropa, porque es insuficiente con quemarle, queremos que estalle
Eso, o que tiren a la fuente a los que no vayan a misa. Todo sea inventar…
A buenas horas leo estos comentarios.
Muy bueno eso de dinamitar al generoso Olentzero, Jonathan. Quizás fuera más razonable hacerlo después de que los traiga, pero quién es uno para cuestionar mecanismos que funcionan? 🙂
Salud!
Es para poder decir "y como no me traigas regalos, esto va a ser un juego de niños…".