El ninja quiere terminar pronto su jornada laboral, así que se apresura por la pared del santuario y consigue infiltrarse por una trampilla abierta. Se desliza pasillo abajo y se oculta en las sombras del techo al cruzarse con dos centinelas. Mañana tendrá agujetas en los brazos, ya no está para estos trotes. Cae detrás de los guardias y sigue avanzando hasta el salón donde le espera su presa. Veinte segundos después escapa con un shuriken de menos, saltando por los tejados mientras le cae una lluvia de flechas.
No puede seguir así, decide. Va a meterse a enlace sindical.
¿¿"se apresura por pared"?? ¡¡Este relato es de 101!!
shit!
ummm, la secretaria no ha hecho su trabajo. Si no fuera por esas largas piernas la despedía ahora mismo.
En fin, revisemosle los bajos (al cuento) 😉
Pues a mi me ha gustado mucho, ponle una palabra de mas, a lo mejor queda mejor. Y 101 es un numero mas bonito que 100. Saluditos