Nunca le ha gustado el código de vestuario impuesto por su jefe. Le parece ridículo y arbitrario y le ha traído no pocos problemas. Al principio recibía simplemente carraspeos idiotas por sus zapatos italianos o un nuevo blazer, pero la hostilidad fue aumentando hacia las palabras mordaces, como cuando llevó el pañuelo Hermès. El colmo fue la bronca que recibió su dos piezas Versace. Es un profesional solvente, responsable y puntal. Y le gusta ir elegante, ¿qué más importa?
Intenta olvidar el asunto mientras puntea los atronadores primeros acordes, los focos barren el escenario y escucha los aullidos del público.
Es que un Heavy con un pañuelo Hermes no puede ser…