Tío, te prometo que iba a llamarte. Pero ya me conoces, soy un puto desastre. Estoy siempre metido en mil movidas. Ayer mismo quedé para una cerveza tranqui y casi nos amanece tomando gin tonics. Imagínate. Pero me sabe mal no haberte llamado, ¿eh? También te confieso que ese rollo de funerales y condolencias no es lo mío, siempre me ha parecido un poco… siniestro. Pero oye, si tienes tiempo ahora nos tomamos algo y me comentas un poco todo el asunto. Te vas a reír, pero es que ni siquiera recuerdo si ha sido tu padre o tu madre.