-¿Cómo que qué me parece? ¿Dónde está la hache de «honor»?
-¿Va con hache? ¿Seguro?
-¿Que si estoy seguro? ¡Joder! ¡Pero si te escribí la frase!
-Ya, pero me vino así de memoria.
-Te vino toda, ¡menos la ortografía! No puedo creerlo.
-Yo juraría que otras veces lo he escrito así y nadie se ha quejado.
-Tío… tú solo explícame cómo lo vas a arreglar.
-Déjame pensar. El problema es que las letras son enormes, no queda espacio entre ellas. ¿Y si te tatúo una hache encima de «onor»? Cómo si fuera una corrección del colegio, ¿sabes? En plan irónico.